A lo largo de las islas al sur de
Tokio han ocurrido miles de terremotos. Algunos de ellos han marcado más de
seis grados en la escala de Richter y han provocado la inquietud entre los
habitantes de que la capital podría estar en peligro.
El primero de septiembre de cada
año, los japoneses recuerdan el terremoto en Kanto de 1923, en el que murieron
143,000 personas en Tokio y Yokohama. Por otra parte, la última erupción de
Oyama en 1983 destruyó casas en Miyakejima. Luego del terremoto en Kobe en 1945
en el que murieron 6,430 personas, el gobierno fue criticado por su pasividad.
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